Expedición invernal al K2. Día 27. Hoy puede ser un gran día: ataque sherpa a la cumbre del K2

Cuando se publique esta crónica, el potente equipo sherpa compuesto por elementos de Seven Summit, junto a Nirmal Purja y Mingma G, estará camino de la cumbre del K2. Su objetivo es alcanzar la cima a las 13 horas del 16 de enero. Llevarán oxígeno artificial. Si lo logran, el grupo de grandes escaladores nepalíes pasará a la historia del alpinismo.

Pedro Gil

Asalto al K2
Asalto al K2

El 29 de mayo de 1953, a las 11:30 hora local de Katmandú, el neozelandés Edmund Hillary y el sherpa Tenzing Norgay, por este orden, hicieron cumbre en el Everest. Llevaban el soporte de botellas de oxígeno ¿Y si fue Tenzing el primero? Poco importa; la historia la escribió The Times.

Cuando se publique esta crónica, el potente equipo sherpa compuesto por elementos de Seven Summit, junto a Nirmal Purja y Mingma G, estará camino de la cumbre del K2. Su objetivo es alcanzar la cima a las 13 horas del 16 de enero. Llevarán oxígeno artificial.

Si lo logran, un grupo de grandes escaladores nepalíes pasarán a la historia del alpinismo. Como todos los que dan un paso firme hacia la trascendencia deberán afrontar los dimes y diretes de la mediocridad, que porfiará consigo misma a cuenta del uso de oxígeno.

Si los escaladores nepalíes lo consiguen habrán hecho justicia a todos aquellos sherpas que han sido fundamentales en los logros del ochomilismo

Anticipando un éxito sherpa, los eruditos a la violeta llevan días intentando minusvalorarla. Sobreviven con la insidia. Si los escaladores nepalíes lo consiguen habrán hecho justicia a todos aquellos sherpas que han sido fundamentales en los logros del ochomilismo. Y si después, algún gran escalador logra el K2 invernal sin oxígeno, pasará por mérito propio a formar parte del Olimpo de los más grandes. Pero el primero que subió al K2 invernal habrá sido un sherpa.

Por su parte, Sergi Mingote y Juan Pablo Mohr descenderán al Campo Base desde el Campo 3 después de una exitosa fase de aclimatación. Dejarán sus pertrechos en los campos de altura a lo largo de la ruta que después, si intentan un asalto a la cumbre, volverán a ascender. Sacos de dormir ligeros para el C1 y sacos con “zona de confort” de -50º para el C2 y C3, colchonetas, comida, gas, hornillo, tienda y equipo de escalada extra.

Surge una pregunta: si el equipo sherpa consigue la cumbre, ¿se mantendrá todo el despliegue logístico de Seven Summit? O, dicho de otra manera, ¿esperarán los sherpas a que algún alpinista, usando el aparataje instalado en la ruta, intente subir sin apoyo de oxígeno? Si es así ¿cuánto tiempo? Las previsiones meteorológicas dan fuertes vientos a partir del 17 de enero con duración de varios días.

La zona de la muerte

Los equipos sherpas harán noche en el Campo 4 a 7.800 metros. Una vez que salgan hacia la cumbre y si, como deseamos, todo va bien, pasarán muchas horas en una altitud superior a los 8.000 metros. Es lo que se conoce como la Zona de la muerte. GEO le ha preguntado al doctor Iñigo Soteras qué le sucede a nuestro organismo en esas circunstancias:

“La Zona de la muerte es un término muy conocido entre alpinistas, médicos y el público en general atraído por las expediciones a grandes alturas. Proviene de la palabra alemana Todeszone y fue acuñada por primera vez por el Dr. Edouard Wyss-Dunant, líder y médico de la expedición suiza al Everest en 1952. En sus crónicas sitúa esta zona por encima de los 7.800 metros y explica cómo, una vez sobrepasada esta altura, los expedicionarios se enfrentan a innumerables riesgos y dificultades. Actualmente se sigue considerando que la Zona de la muerte está en torno a esa altura. En ella nos enfrentaremos a los límites de la supervivencia humana".

"Un alpinista aclimatado" —afirma el doctor— "puede ser fisiológicamente capaz de permanecer a grandes alturas durante días, semanas o meses, pero por encima de la esa zona únicamente podrá permanecer unas horas o como mucho algunos días".

El récord de permanencia en la Zona de la muerte lo posee el austriaco Willi Bauer. Permaneció durante 10 días de tormenta por encima de 8.000 metros, precisamente en el K2

Según el doctor Soteras, en la Zona de la muerte la hipoxia juega un papel importante, pero no es el único, incluso con oxígeno suplementario no hay garantías de sobrevivir.

A la hipoxia se asocian otros factores como el frío, la exposición al viento, problemas con el equipamiento y el material, aumento de demanda cardio-respiratoria, la carga de trabajo, déficit energético por no poder alimentarse correctamente, deshidratación, desgaste muscular acumulado y los problemas de aclimatación habituales que se aceleran y se exacerbarán a esta altura (deterioro por altitud, mal agudo de montaña, edema pulmonar y/o cerebral de altitud)

Una vez descritas estas dificultades, es fácil darse cuenta de que en la Expedición Invernal al K2 la temida Zona de la muerte comenzará mucho antes y a menor altura.

En invierno, la presión barométrica suele disminuir y con ello el transporte sistémico de oxígeno, por lo que los alpinistas sufrirán de hipoxia antes. Se considera que consumirán un 10% más de sus botellas en comparación con una expedición que transcurriera en primavera.

Además, durante una expedición invernal se agravan todos los demás factores anteriormente citados (frío, viento, deshidratación, etc.), que hacen que la Zona de muerte, donde necesitaremos todo nuestro empeño para sobrevivir, nos esté aguardando antes de lo que esperamos.

#K2winterexpedition2021

http://racetracker.es/rt/K2WinterExpedition2021

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