Un antiguo gusano podría ser un importante eslabón perdido

Descubierto en China un fósil de aproximadamente 520 millones de años de un gusano recientemente identificado, denominado Wufengella, que podría ser el eslabón perdido entre tres de los filos que constituyen un grupo de criaturas marinas llamadas lophophorates.

Meritxell Bernal

Wufengella podría ser el eslabón perdido de un grupo diverso de invertebrados marinos.
Wufengella podría ser el eslabón perdido de un grupo diverso de invertebrados marinos.

Basado en un análisis genético, Wufengella es, probablemente, el ancestro común que conecta a los braquiópodos, briozoos y gusanos foronídeos, según informaron el paleontólogo Jakob Vinther y sus colegas recientemente en Current Biology.

“Habíamos estado especulando que el ancestro común podría haber sido algún animal gusano que tenía placas en la espalda”, explica Vinther, de la Universidad de Bristol, en Inglaterra. “Pero, nunca tuvimos el animal”.

Este fósil de Wufengella encontrado en China tiene aproximadamente 520 millones de años y presenta varias características comunes a las criaturas marinas conocidas como lophophorates

Hace aproximadamente quinientos millones de años, casi todos los principales grupos de animales irrumpieron en escena en una ráfaga de diversificación evolutiva durante lo que se conoce como la explosión del Cámbrico. En este tiempo, los lophophorates experimentaron un rápido crecimiento de especies, lo que oscureció la historia evolutiva del grupo.

Este fósil de Wufengella encontrado en China tiene aproximadamente 520 millones de años y presenta varias características comunes a las criaturas marinas conocidas como lophophorates.

Posible escenario de la evolución de los lophophorates.
Posible escenario de la evolución de los lophophorates.

Los filos son todos bastante diferentes

Una cosa que une a los diferentes filos del grupo son sus tubos de alimentación con forma de tentáculo, conocidos como lofóforos. Pero, más allá de esa similitud, los filos son todos bastante diferentes. Los braquiópodos son animales con caparazón que, a primera vista, parecen almejas.

Los briozoos, comúnmente conocidos como animales de musgo, son criaturas sedentarias microscópicas que viven en colonias similares a corales. Y los foronídeos, o gusanos de herradura, son criaturas no segmentadas de cuerpo blando que viven en estructuras estacionarias en forma de tubo (más recientemente, algunos investigadores han determinado que los hiolitos, un animal extinto conocido por sus caparazones cónicos, también son lofoforados, debido al órgano con tentáculos que rodea su boca).

Wufengella no pertenece a ninguno de estos filos

Wufengella no pertenece a ninguno de estos filos, encontraron Vinther y sus colegas. Pero, la criatura tiene características similares a las de los braquiópodos, gusanos de herradura o briozoos: una serie de placas dorsales blindadas asimétricas, un cuerpo parecido a un gusano y cerdas que sobresalen de los lóbulos que rodean su cuerpo.

Un gran hallazgo

El fósil es un "gran hallazgo", dice Gonzalo Giribet, zoólogo de invertebrados de la Universidad de Harvard, que no participó en la investigación. Aun así, el análisis de los científicos no confirma que Wufengella sea el eslabón perdido buscado durante mucho tiempo, advierte, sino que más bien lo sugiere.

Este fósil de Wufengella, encontrado en China, tiene aproximadamente 520 millones de años
Este fósil de Wufengella, encontrado en China, tiene aproximadamente 520 millones de años

Algunos investigadores habían planteado la hipótesis de que el ancestro común de los lophophorates sería una criatura estacionaria que se sentaba en el lecho marino y se alimentaba solo a través de tubos, similar a sus parientes modernos. El fósil de Wufengella podría refutar esta idea; el cuerpo del animal sugiere, en cambio, que gateaba, dicen los investigadores.

Un fósil como Wufengella había ocupado durante mucho tiempo un lugar destacado en la lista de fósiles de Vinther que él y sus colegas esperaban encontrar. Pero “siempre pensamos, bueno, probablemente nunca veremos eso en la vida real”, desvela.

Ahora que los investigadores han encontrado una Wufengella, esperan hallar más, en parte para ver si hay otras variedades

Por lo general, una criatura así habría pasado su vida en aguas poco profundas. Los organismos no tienden a conservarse bien allí, se descomponen más rápido, debido a la exposición a mucho oxígeno.

Ahora que los investigadores han encontrado una Wufengella, esperan hallar más, en parte para ver si hay otras variedades. Y, tal vez, el equipo podría identificar ancestros aún más distantes más atrás en el árbol de la vida que podrían conectar lophophorates con otros grupos de animales como los moluscos, relata Vinther, explicando aún más cómo está conectada la vida en la Tierra.

Fuente: ScienceNews.