Arqueólogos españoles hallan una momia en la antigua ciudad de Tebas

Los arqueólogos del proyecto Djehuty, coordinado por el egiptólogo José Manuel Galán, descubrieron la momia en la antigua ciudad egipcia de Tebas. Se trata de una mujer de unos 15 o 16 años que lleva dos pendientes, dos anillos y cuatro collares, uno de ellos de gran valor. Los investigadores también han desenterrado otro pequeño ataúd con una figurilla momiforme de madera.

Mundo Geo

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La XIX campaña del proyecto Djehuty, liderado por el egiptólogo José Manuel Galán, investigador en el Instituto de Lenguas y Culturas del Mediterráneo y Oriente Próximo (del CSIC) y coordinador del proyecto tiene como objetivo la excavación, restauración y publicación de una zona de la necrópolis de la antigua Tebas, ha deparado importantes sorpresas. Este año, la más impactante ha sido sin duda el descubrimiento de un ataúd antropomorfo de la dinastía XVII del Antiguo Egipto (hace unos 3.600 años) en la colina de Dra Abu el-Naga, en Luxor (Egipto), informa la agencia Sinc.

El equipo excavaba alrededor de una capilla de adobe del año 1.600 a. C. cuando se toparon con un ataud. En su interior se encontraba, descansando sobre su lado derecho, la momia de una mujer de unos 15 o 16 años y 1,59 metros de altura con su ajuar: dos pendientes, dos anillos y cuatro collares, uno de ellos de gran valor.

El ataúd, de madera pintado de blanco, fue descubierto a unos metros del patio de entrada a la tumba-capilla de Djehuty (supervisor del Tesoro y de los trabajos artesanos de la reina Hatshepsut). Fue tallado en un solo tronco de árbol, probablemente sicomoro, y mide 1,75 de alto por 0,33 de ancho.

Según los investigadores, el ataud fue abandonado sobre el suelo por saqueadores de tumbas en época antigua. A pesar de ello, fue dejado sin abrir y sin causarle daños

Tras realizar una radiografía a la momia dentro de su ataúd, los arqueólogos descubrieron que llevaba dos pendientes en la oreja izquierda y dos anillos (uno en cada mano), uno de hueso y otro de vidrio azul con un engarce y un cordel alrededor del dedo. Sobre el pecho se habían colocado, formando un pequeño montón, cuatro collares de entre 61 y 70 centímetros de longitud. Dos de ellos están hechos con cuentas de fayenza (un tipo de cerámica artesanal con acabado vidrioso) de distintos tonos de azul. Un tercero combina cuentas de fayenza con cuentas verdes de vidrio.

“El cuarto es el más elaborado y valioso, pues está formado por 74 piezas de distintas formas talladas en amatista, cornalina y otras piedras semipreciosas que todavía no han sido identificadas, además de vidrio, y siete amuletos de fayenza. Un halcón de ámbar, representando al dios Horus, parece haber sido la figura central, flanqueado por dos escarabeos (amuletos egipcios con forma de escarabajo pelotero). Sorprende la riqueza del ajuar para una persona tan joven y con un ataúd relativamente modesto”, destaca Galán.

Joyas encontradas durante la XIX campaña del proyecto Djehuty. CSIC
Joyas encontradas durante la XIX campaña del proyecto Djehuty. CSIC

Al otro lado de la capilla de adobe, también fue hallado un pequeño ataúd de barro, de 22 centímetros de largo por 15 de ancho, que todavía conservaba anudada la cuerda que lo unía a la caja y con la que se pretendía que permaneciera cerrado.

En su interior se había depositado una figurilla humana de madera (shabti) envuelta en cuatro vendas de lino anudadas por el cuello y los tobillos. Las cuatro telas son distintas y una de ellas lleva una inscripción en horizontal, en escritura hierática con tinta negra y caracteres cursivos, que identifica al propietario como “El Osiris, Djehuty”. Esa misma etiqueta fue escrita en vertical sobre la parte delantera del cuerpo de la figurilla momiforme.

Réplica de un jardín funerario

La última campaña de esta misión arqueológica ha supuesto también la instalación de una réplica de un jardín funerario descubierto por los arqueólogos del proyecto en 2017, a la entrada de una gran tumba del año 2000 a.C. Cada uno de los cuadrados en que se dividía este jardín de barro y adobe, conocido solo por la iconografía, conservaba los restos de plantas de hace 4.000 años.

Como se trata del único jardín funerario de este tipo bien conservado y documentado hasta la fecha, el proyecto, gracias a la financiación del American Research Center in Egypt (ARCE–USAID), encargó la realización de una réplica exacta del jardín en Madrid, en colaboración con Factum Arte. Esta fue trasladada a Egipto y ha sido montada sobre la estructura rígida que cubría y protegía el jardín original.

“Cuando dentro de un par de años los visitantes se acerquen a disfrutar de la decoración interior de la tumba-capilla de Djehuty y de su vecino Hery, podrán contemplar esta réplica de una de las estructuras más significativas de la necrópolis”, dice Galán.

Djehuty, el supervisor del tesoro

Djehuty en egipcio quiere decir "El que pertenece a Tot", puesto que Djehut es la forma egipcia de referirse al dios Tot. Esta divinidad era el escriba de los dioses, quien dominaba los jeroglíficos y custodiaba los documentos más importantes. Uno de los animales en los que se encarnaba esta divinidad era el ibis, un ave que supuestamente tenía la facultad de volar entre el mundo de los dioses en el cielo y el mundo de los humanos en la tierra.

Djehuty era hijo de la "señora de la casa" Dediu, y vivió durante los reinados de Hatshepsut y Tutmosis III, alrededor del año 1500 a. C

Tenía el título de "supervisor de los sacerdotes de Hermópolis", lo cual hace pensar que pudiera ser originario de dicha localidad, en el Egipto Medio. Precisamente en Hermópolis la divinidad principal era Tot, y allí se han encontrado cientos de momias de ibis que fueron enterradas como exvotos en su honor. Esta misma circunstancia la encontramos en la tumba del propio Djehuty, convertida años después en santuario dedicado a Tot y, consecuentemente, reutilizada como pequeño cementerio de momias de ibis.

Djehuty sucedió a Ineni (enterrado en la tumba nº 81 de Tebas) en el cargo de "supervisor del tesoro". Él era quien controlaba todas las piedras preciosas del templo de Karnak, y quien se encargaba de llenarlo con toda clase de productos. Además, era el encargado de registrar los diferentes productos que llegaban de las tierras extranjeras como tributo anual, así como lo que los gobernantes locales de Egipto le entregaban.

Contabilizaba los productos que venían de todas las tierras extranjeras y las maravillas que llegaban de Punt. Se encargaba de registrar los productos de los Shasu (poblaciones semi-nómadas de la región de Palestina) y el oro de los Aamu (semitas).

Además, desempeñó también el cargo de "supervisor de trabajos" en numerosas construcciones. Se encargó de los trabajos en la barca del Nilo "User-hat-Amon", y de diversos trabajos en Deir el-Bahari y Karnak. En el primero de estos templos cabe destacar la construcción de una gran capilla en honor a la reina Hatshepsut, en ébano de Nubia, que posiblemente es la que encontró M. Naville en este templo. En Karnak realizó trabajos en diferentes puertas, obeliscos, altares y capillas.

Es probable que Djehuty fuera un partidario leal de Hatshepsut, de ahí que a su muerte sufriera cierta marginación o persecución

Djehuty fue, sin duda, un importante personaje, con gran peso dentro del gobierno de Hatshepsut. De hecho, él mismo se define en su autobiografía como "un líder del palacio". Es probable que fuera un partidario leal de Hatshepsut, por lo que, como parecen indicar algunos de sus monumentos, pudo sufrir algún tipo de persecución o marginación después de la muerte de la reina. Así, en su tumba, el nombre de la reina fue totalmente borrado e incluso, en varias ocasiones, el nombre del propio Djehuty.

Fuente: Sinc / CSIC