Cuando los alpinistas escalan el monte Everest, habitualmente llevan cilindros de oxígeno, dispositivos que les permiten respirar libremente a gran altura. Esto es necesario porque cuanto más te acercas al borde de la atmósfera terrestre, menos oxígeno hay disponible, en comparación con las abundantes cantidades que se encuentran al nivel del mar.
Éste es solo un ejemplo de cuán variable es la atmósfera de la Tierra y muestra la composición elemental de sus capas, desde la troposfera, cerca del nivel del mar, hasta la exosfera, en sus regiones más externas. El lugar donde termina y comienza cada capa está definido por cuatro rasgos clave, según el Servicio Meteorológico Nacional: cambio de temperatura, composición química, densidad y el movimiento de los gases dentro de ella.
Entonces, con esto en mente, ¿dónde termina realmente la atmósfera de la Tierra? ¿Y dónde comienza el espacio exterior?
Cada una de las capas de la atmósfera juega un papel para garantizar que nuestro planeta pueda albergar todo tipo de vida
Cada una de las capas de la atmósfera juega un papel para garantizar que nuestro planeta pueda albergar todo tipo de vida, haciendo de todo, desde bloquear la radiación cósmica que causa cáncer hasta crear la presión necesaria para producir agua, según la NASA.
"A medida que te alejas de la Tierra, la atmósfera se vuelve menos densa", señala Katrina Bossert, física espacial de la Universidad Estatal de Arizona, a WordsSideKick.com. "La composición también cambia, y los átomos y moléculas más ligeros comienzan a dominar, mientras que las moléculas pesadas permanecen más cerca de la superficie de la Tierra", apunta.
Cuando se va ascendiendo en la atmósfera, la presión, o el peso de ésta se debilita rápidamente. Aunque los aviones comerciales tienen cabinas presurizadas, los cambios rápidos de altitud pueden afectar las delgadas trompas de Eustaquio que conectan el oído con la nariz y la garganta. "Es por eso que los oídos pueden taparse durante el despegue de un avión", explica Matthew Igel, profesor adjunto de ciencias atmosféricas en la Universidad de California.
Finalmente, el aire se vuelve demasiado delgado para que los aviones convencionales vuelen, y tales naves no pueden generar suficiente sustentación. Ésta es el área que los científicos han decretado que marca el final de nuestra atmósfera y el comienzo del espacio.
La línea de karmán
Se conoce como la línea Kármán, en honor a Theodore von Kármán, un físico húngaro estadounidense que, en 1957, se convirtió en la primera persona en intentar definir el límite entre la Tierra y el espacio exterior, según EarthSky.
"La línea de Kármán es una región aproximada que denota la altitud por encima de la cual los satélites podrán orbitar nuestro planeta sin quemarse o salirse de la órbita"
Esta línea, dado que marca el límite entre la Tierra y el espacio exterior, no solo indica dónde se encuentran los límites de un avión, sino que también es crucial para los científicos e ingenieros, al servir para mantener las naves espaciales y los satélites en órbita alrededor de la Tierra con éxito. "La línea de Kármán es una región aproximada que denota la altitud por encima de la cual los satélites podrán orbitar nuestro planeta sin quemarse o salirse de la órbita antes de dar la vuelta al menos una vez", declara Bossert.
"Por lo general, se define como 100 kilómetros sobre la Tierra", agrega Igel. Es posible que algo orbite la Tierra a altitudes por debajo de la línea de Kármán, pero requeriría una velocidad extremadamente alta, que sería difícil de mantener, debido a la fricción. Pero nada lo prohíbe”, declara. Y añade: “Ahí radica el sentido que se le debe dar a la línea Kármán: es un umbral imaginario pero práctico entre los viajes aéreos y los espaciales”.
Si alguien llegara a la línea de Kármán, ¿notaría algo? ¿Se darían cuenta de que, en esencia, estaban a caballo entre la frontera entre la Tierra y el espacio? Realmente, no. "Nada cambia realmente", responde Bossert.
Igel está de acuerdo. "La línea no es física, per se, por lo que uno no notaría cruzarla, ni tiene ningún grosor", puntualiza.
"No se puede sobrevivir a altitudes superiores al “límite de Armstrong”, que está a unos 20 kilómetros sobre la superficie, donde las presiones son tan bajas que el líquido en los pulmones hierve"
¿Qué hay de poder sobrevivir, aunque sea por un breve período, en la línea Kármán? ¿Qué pasaría si te dejaran allí sin un traje espacial hecho a medida o un tanque de oxígeno estilo alpinismo? Si pudieras llegar a él, ¿serías capaz de respirar a una altura tan alta? ¿Y podrían las aves alcanzar tales alturas?
"En principio, el vuelo todavía es posible hasta la línea de Kármán", afirma Igel. "En la práctica, sin embargo, no se puede sobrevivir a altitudes superiores al “límite de Armstrong”, que está a unos 20 kilómetros sobre la superficie, donde las presiones son tan bajas que el líquido en los pulmones hierve", aclara.
Fuente: LiveScience.