Durante largo tiempo uno de los grandes miedos universales de la humanidad era el ser enterrado con vida, llegando incluso a la actualidad. Por desgracia este temor no es infundado, puesto que existen numerosos casos conocidos de personas, aparentemente muertas, enterradas estando aún en vida.
Este fenómeno de muerte aparente es conocido como catalepsia y, aunque actualmente existen numerosas formas de confirmar la muerte de una persona, en los albores de la medicina estos sucesos fueron muy numerosos.
Adolf Gutsmuth hizo realidad una idea loca de P.G. Pessler, un sacerdote alemán que propuso imitar el sistema de las campanas de una iglesia, para que los muertos que resultasen estar vivos pudieran dar señales al exterior
De tal forma que en el siglo XVIII aparecieron los primeros ataúdes de seguridad. Adolf Gutsmuth hizo realidad una idea loca de P.G. Pessler, un sacerdote alemán que propuso imitar el sistema de las campanas de una iglesia, para que los muertos que resultasen estar vivos pudieran dar señales al exterior. Gutsmuth añadió un toque personal: un tubo que permitía suministrar alimentos al ataúd. Fue enterrado varias veces para demostrar la eficacia de su invento, incluso llegó a cenar bajo tierra.

Ya en el siglo XIX, esta muerte aparente dio origen, en algunos países, a establecer el periodo de 24 horas para mantener al cadáver en condiciones compatibles con la vida antes de enterrarlo o incinerarlo.
Por su parte, la muerte cierta, otro término médico-legal, es aquella en la que el cese de las funciones vitales es definitivo. Y para confirmarlo se utilizan tres parámetros: el cese del corazón, el cese de la respiración y el cese de la actividad neurológica, que se confirman con pruebas, como el electrocardiograma o electroencefalograma.
Características de la catalepsia
De acuerdo con un estudio publicado en The National Institute of Health, Estados Unidos, la catalepsia se caracteriza por una parálisis corporal acompañada del endurecimiento y tensión de los músculos a tal grado que son incapaces de realizar ningún tipo de movimiento. Una de las razones por las que suele relacionarse con el fallecimiento es porque dicho estado se puede presentar por algunos minutos, horas y en casos extremos hasta semanas, en las cuales las personas no muestran ningún signo evidente de vida.
La catalepsia se caracteriza por la disminución de la sensibilidad al dolor, pérdida de control muscular, funciones corporales lentas, presión arterial baja o latidos del corazón casi impredecibles
Además de este signo evidente, la catalepsia se caracteriza por la disminución de la sensibilidad al dolor, pérdida de control muscular, funciones corporales lentas, (en especial la respiración), presión arterial baja o latidos del corazón casi impredecibles.

En general, todos somos vulnerables a padecer catalepsia, ya que aparece de manera repentina y se ha presentado en personas sanas. Sin embargo, se ha asociado a los trastornos psicóticos, sobre todo en personas que padecen de esquizofrenia. Además, quienes han pasado por tratamientos de rehabilitación, como alcohol, drogas o narcóticos, también son propensas a padecerla.
También se ha demostrado que las personas con obesidad, parkinson, epilepsia, depresión y apnea del sueño pueden sufrir catalepsia.
Catalepsia y esquizofrenia catatónica
Otro fenómeno similar a la catalepsia y que podría asemejarse al estado de muerte es la esquizofrenia catatónica.
Se trata de un trastorno neurológico que cursa con rigidez o postura forzada y falta de respuesta a estímulo, pero que está provocado por una alteración neuropsiquiátrica
Se trata de un trastorno neurológico que cursa con rigidez o postura forzada y falta de respuesta a estímulo, pero que está provocado por una alteración neuropsiquiátrica.
En definitiva, siempre han existido leyendas urbanas sobre parecer estar muerto y no estarlo, aunque en la actualidad, con la tecnología que existe en los centros hospitalarios, es complicado que no se detecte. Pero, a veces, la realidad supera a la ficción.