El Smilodon, un animal social del Pleistoceno

Un equipo de investigadores ha analizado la morfología ósea de un hueso de cadera deformado de Smilodon fatalis y ha descubierto que la displasia de cadera que sufría este animal sugiere una estructura social, que ayudó a los miembros a sobrevivir hasta la edad adulta.

R.G.

Smilodon fatalis se extinguió hace aproximadamente 11.000 años.
Smilodon fatalis se extinguió hace aproximadamente 11.000 años.

Smilodon fatalis es uno de los depredadores mejor estudiados de toda la historia de los mamíferos fósiles.

Gran parte de lo que se sabe sobre esta especie proviene de las filtraciones de asfalto de Rancho La Brea, en EEUU; que han preservado miles de individuos de Smilodon fatalis desde hace al menos 50.000 años hasta su extinción hace aproximadamente 11.000 años.

Las caderas sanas habrían sido fundamentales para su estrategia de caza

El tamaño impresionante de Smilodon fatalis significaba que necesitaba cazar megaherbívoros, como bisontes y camellos para sobrevivir.

Al igual que los grandes felinos vivos, este animal necesitaba extremidades traseras fuertes para la velocidad, y desde el salto inicial hasta el agarre posterior requerido, para derribar presas grandes, las caderas sanas habrían sido fundamentales para su estrategia de caza.

El smilodon fatalis necesitaba cazar megaherbívoros para sobrevivir.
Smilodon fatalis necesitaba cazar megaherbívoros para sobrevivir. Foto: IStock.

El estudio actual se centra en un espécimen de Smilodon fatalis, un hueso coxal derecho que exhibe una distorsión y destrucción masivas de la cavidad de la cadera, que ha sido descrito como el "objeto patológico más sorprendente en la colección de fósiles de Rancho La Brea".

"Este individuo nunca podría haber cazado o defendido el territorio por sí solo. De esta forma, el Smilodon fatalis habría quedado en manos de la naturaleza y de su familia"

“En este caso, nuestro animal sufrió una condición de desarrollo (no una lesión) y pudo vivir hasta la edad adulta, lo que sugiere que debe haber recibido apoyo, tal vez compartiendo alimentos con su familia”, señala la doctora Mairin Balisi, estudiante postdoctoral.

Cojeando desde que era un gatito, este individuo nunca podría haber cazado o defendido el territorio por sí solo. De esta forma, el Smilodon fatalis habría quedado en manos de la naturaleza y de su familia.

La supervivencia de este gran felino hasta la edad adulta apunta a que se cuidaban unos a otros.

“El comportamiento social es difícil de inferir en los fósiles. Por otro lado, Smilodon fatalis, en particular, tiene una relación lejana con los grandes felinos en la actualidad (como la distancia entre nuestros gatos domésticos y el león africano, si no mayor)”, explica Balisi. "Así que no podemos reconstruir la sociabilidad de Smilodon fatalis basándonos, por ejemplo, en leones y tigres vivos".

La doctora detalla: "Los grandes felinos vivos varían en estructura social de todos modos: el león es el único que es realmente social, mientras que los tigres y los jaguares tienden a ser solitarios o incluso varían en sociabilidad dentro de una sola especie".

Smilodon fatalis tiene una relación lejana con los grandes felinos.
Smilodon fatalis tiene una relación lejana con los grandes felinos. Foto: IStock.

Esta no es la primera señal de un comportamiento social de esta especie. En otros fósiles de Smilodon fatalis, los paleontólogos han encontrado signos de curación de heridas graves, que probablemente habrían significado morir de hambre sin apoyo.

"Este estudio es un gran ejemplo de cómo el conocimiento científico evoluciona a través de la inclusión de nuevas perspectivas y tecnologías"

“La evidencia del desarrollo de dientes y huesos también respalda que Smilodon fatalis tuvo un destete retrasado y cuidados familiares extensos, no solo de aquí sino también de otras filtraciones de asfalto a nivel mundial, como Corralito en Ecuador”, dijo Balisi.

“Si bien nunca podremos comprender completamente las estructuras sociales de animales extintos como Smilodon fatalis, la tomografía computarizada y los datos digitales seguirán ayudando a diagnosticar sus lesiones, revelando más sobre cómo vivían y convivían entre ellos”, apuntó.

"Este estudio es un gran ejemplo de cómo el conocimiento científico evoluciona a través de la inclusión de nuevas perspectivas y tecnologías", agregó la doctorta Emily Lindsey, investigadora de La Brea Tar Pits and Museum en el Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles, el Departamento de Ciencias de la Tierra y el Instituto de Medio Ambiente y Sostenibilidad de la Universidad del Sur de California, Los Ángeles.

Fuente: Sci News.