Torturas chinas contra minorías étnicas

Las torturas chinas son conocidas por su crueldad y brutalidad. A pesar de que están prohibidas desde 1948, Amnistía Internacional ha denunciado en numerosas ocasiones que éstas se siguen practicando.

Vicente Alcaíde

Las torturas chinas son conocidas por su crueldad y brutalidad.
Las torturas chinas son conocidas por su crueldad y brutalidad.

La tortura es una práctica que el ser humano lleva realizando desde hace decenas de siglos.

Sin embargo, existe una prohibición mundial de la tortura y todas las formas de crueldad y humillación desde 1948, año en que se aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Son 156 los países que han firmado la Convención contra la Tortura de Naciones Unidas pero la prohibición va aún más allá y es vinculante incluso para los Estados que no se han unido a los tratados de derechos humanos pertinentes. Ningún Estado puede torturar ni permitir ninguna forma de tortura o malos tratos en ningún caso, ni bajo justificación alguna.

Los actos de tortura y malos tratos son considerados crímenes de derecho internacional. Asimismo, en determinadas circunstancias, pueden constituir crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad o actos de genocidio

Los actos de tortura y malos tratos son considerados crímenes de derecho internacional. Asimismo, en determinadas circunstancias, pueden constituir crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad o actos de genocidio.

Los actos de tortura y malos tratos son considerados crímenes de derecho internacional.
Los actos de tortura y malos tratos son considerados crímenes de derecho internacional. Foto: IStock.

Torturas chinas

Los métodos de torturas chinas tienen una tradición de siglos que se fueron transmitiendo a través de generaciones. Normalmente, se usaban para conseguir confesiones de presos mediante técnicas muy particulares, dolorosas e inhumanas.

Una de las torturas chinas más crueles y brutales de la historia de la Humanidad es Lingchi, una forma de pena capital en China que existía ampliamente desde alrededor del año 900 d C., cuando la dinastía Tang estuvo en el poder hasta que se prohibió oficialmente en 1905 hacia el final de la dinastía Qing.

Las familias que lograban sobornar a los administradores de la tortura tenían el alivio de ver a su familiar asesinado de inmediato por una puñalada en el corazón, en lugar de pasar por horas de brutalidad

Lingchi se imponía a aquellos infractores de la ley que se consideraba que habían cometido delitos graves como traición, asesinato en masa, matricidio y parricidio. Este proceso de castigo, que finalmente inducía a la muerte del infractor, implicaba la administración de una serie de cortes en la piel y la eliminación metódica de las partes del infractor con un cuchillo, para ver la cantidad de cortes que éste podía soportar y darle una muerte lenta y tortuosa.

El LingChi, una de las torturas chinas más sangrientas y usadas.
El Lingchi, una de las torturas chinas más sangrientas y usadas.
Las familias que lograban sobornar a los administradores de la tortura tenían el alivio de ver a su familiar asesinado de inmediato por una puñalada en el corazón, en lugar de pasar por horas de brutalidad.

Durante los años del Partido Comunista en el poder, se han aplicado muchos métodos de tortura, principalmente, para hacer que sus oponentes cambien de opinión, o hacerlos cambiar de religión a través de estos métodos.

Hablan de tortura con ladrillos, refiriéndose a un método mediante el cual las víctimas son atadas de las manos y se cuelgan ladrillos alrededor de sus cuellos durante horas

Por ejemplo, muchas de las víctimas que han denunciado torturas en China hablan de tortura con ladrillos, refiriéndose a un método mediante el cual las víctimas son atadas de las manos y se cuelgan ladrillos alrededor de sus cuellos durante horas.

Otros métodos modernos tienen como objetivo la inhalación de gases tóxicos, el llamado lecho de muerte o la tortura de estiramiento.

Amnistía Internacional denuncia torturas chinas

Los uigures son una etnia de religión musulmana, que sufre torturas en China.
Los uigures son una etnia de religión musulmana, que sufre torturas en China. Foto: BBC.

Según ha denunciado Amnistía Internacional, las torturas chinas siguen siendo habituales en este país. La policía continúa utilizando estas prácticas, muy arraigadas en el sistema penal, para obtener confesiones forzadas.  Recientemente, ha denunciado que, en Xinjiang, se ha detenido a un número enorme de hombres y mujeres de minorías étnicas predominantemente musulmanas.

Cientos de miles de estas personas fueron encarceladas, y cientos de miles más fueron enviadas a campos de internamiento.

La mayoría de ellas fueron interrogadas por la policía en “sillas de tigre”, unas sillas de acero con esposas para tobillos y muñecas que obligan a la persona interrogada a permanecer en dolorosas posturas corporales

La mayoría de ellas fueron interrogadas por la policía en “sillas de tigre”, unas sillas de acero con esposas para tobillos y muñecas que obligan a la persona interrogada a permanecer en dolorosas posturas corporales. “Las palizas, la privación de sueño y el hacinamiento son generalizados en las comisarías, y las personas entrevistadas dijeron que durante el interrogatorio y el traslado las mantuvieron encapuchadas y con grilletes”, explica Amnistía Internacional.

Desde el momento en que entraban en los campos de internamiento, que eran como cárceles, la organización no gubernamental denuncia que “las vidas de las personas detenidas pasaban a estar extraordinariamente reglamentadas. No tenían intimidad ni autonomía y se exponían a duros castigos -a veces castigos colectivos para todas las personas que ocupaban una celda- por desobediencias triviales. Se les prohibía hablar libremente entre sí, y se las castigaba duramente cuando respondían a los guardias u otros funcionarios en su idioma materno y no en mandarín. Cada actividad de su rutina diaria estaba prefijada y su conducta se vigilaba y evaluaba constantemente.

Tortura sistemática

Todas las personas detenidas a las que entrevistó Amnistía Internacional habían sufrido tortura u otros malos tratos, incluido el efecto psicológico acumulativo de su deshumanización diaria, así como tortura física en forma de golpes, descargas eléctricas, régimen de aislamiento, privación de comida, agua y sueño, exposición a temperaturas extremadamente frías y uso abusivo de instrumentos de coerción, incluidos instrumentos de tortura como las sillas de tigre, donde algunas personas dijeron haber estado sentadas durante 24 horas o más.

La etnia Uigur vive desde hace siglos en el noroeste de China.
La etnia Uigur vive desde hace siglos en el noroeste de China. Foto: BBC.

Al respecto, Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional, ha declarado: “La población uigur, kazaja y de otras minorías musulmanas está sometida a crímenes contra la Humanidad y otras violaciones graves de derechos humanos que amenazan con hacer desaparecer sus identidades religiosas y culturales".

“La conciencia de la Humanidad debería conmocionarse al saber que innumerables personas han sido sometidas a lavado de cerebro, tortura y otros tratos degradantes en campos de internamiento"

Para añadir que “la conciencia de la Humanidad debería conmocionarse al saber que innumerables personas han sido sometidas a lavado de cerebro, tortura y otros tratos degradantes en campos de internamiento, mientras que millones más viven atemorizadas en medio de un enorme aparato de vigilancia".