Estamos en uno de los momentos más convulsos e interesantes en la historia del automóvil pues todo apunta a que en apenas dos décadas el panorama habrá cambiado por completo. Y una de las instituciones que más está presionando para que esto sea así es la Unión Europea, que ahora se ve en la diatriba de prohibir anuncios de coches diésel y gasolina.
Como te hemos contado, la venta de coches movidos por motores de combustión estará prohibida a partir de 2035. Una fecha que ya se ve en el horizonte y que puede marcar un antes y un después en la historia del automóvil. Ahora, una veintena de organizaciones presionan para acelerar este cambio de paradigma y hacer entender a los ciudadanos la importancia del cambio de hábitos, esencial para conseguir el objetivo de reducir en un 55 por ciento las emisiones contaminantes en el año 2030.
Una veintena de organizaciones ecologistas están recogiendo firmas para que la Comisión Europea estudie la prohibición de anunciar combustibles fósiles y todos los productos derivados de ellos o de su uso. Es decir, igual que ya sucediera con el tabaco, los anuncios en prensa y televisión de combustibles, como el diésel o la gasolina, desaparecerían. Pero también la de vehículos movidos por motores de combustión, los viajes en avión, cruceros o la publicidad de cualquier empresa que trabaje en la extracción, refinado y venta de petróleo.
La petición tiene que alcanzar un millón de firmantes para que sea debatida por las instituciones europeas y llega con la intención de hacer tanta fuerza como se consiguió con la prohibición referente al tabaco en 2005. Desde entonces, los países miembros impulsaron medidas nacionales aún más duras, lo que podría servir como precedente en este caso y anima a las asociaciones ecologistas, que creen que éste será un paso más en el cambio de conciencia de los ciudadanos.
De hecho, tal y como recogen en El País, ciudades como Helsinki, Bristol y Ámsterdam ya están limitando la publicidad de combustibles fósiles y productos derivados de los mismos. Incluso el diario The Guardian rechaza ya este tipo de publicidad en sus páginas, una medida que ha sido secundada por otras instituciones culturales, como compromiso por una movilidad más verde.
Y más allá de la simple publicidad, la iniciativa de los ecologistas también plantea la prohibición de patrocinios de empresas relacionadas con los combustibles fósiles en eventos. En la recogida de firmas se alega que algunas energéticas utilizan estos medios para lavar su imagen y no aclaran el origen de sus productos. Esta última medida ya se debate en Francia, donde está en marcha una nueva ley para frenar las emisiones contaminantes.