Los árboles juegan un papel esencial en la conservación del medio ambiente. Son los pulmones de nuestro planeta y para reivindicar su importancia, cada 28 de junio, se celebra el Día Mundial del Árbol, también conocido como la Fiesta del Árbol, que se celebró por primera vez en 1840 en Suecia.
Diversos estudios han puesto de manifiesto que, si no cambiamos nuestras acciones hacia otros hábitos más respetuosos con el medio ambiente, esta capacidad natural de los árboles podría frenarse. Y podría hacerlo hasta el punto de pasar de ser nuestros aliados frente a la crisis climática a uno de nuestros enemigos. Por esta razón, es necesario encontrar soluciones sostenibles que nos ayuden a equilibrar la restauración forestal, frenar la deforestación y acabar con la explotación ilegal de los bosques.
Es necesario encontrar soluciones sostenibles que nos ayuden a equilibrar la restauración forestal, frenar la deforestación y acabar con la explotación ilegal de los bosques
Al respecto, la Fundación Aquae recuerda su papel de éstos en el ciclo de la naturaleza, como base de la supervivencia de los seres vivos que habitan en la Tierra. Asimismo, son el entorno natural perfecto donde se alojan miles de especies de animales y plantas.
Además, nos ayudan a regular los ciclos hidrológicos, reduciendo el riesgo de inundaciones, y son la fuente de materia prima para la producción de medicinas y otros recursos naturales.
Se encargan de liberar el oxígeno y transformar el dióxido de carbono (CO2) reduciendo, de esta forma, el efecto invernadero en la atmósfera
Sin embargo, la acción humana ha destruido ya cerca del 78% de los bosques primarios del planeta y el 22% restante ya se ha visto afectado por la extracción de madera. La degradación ambiental de estos entornos tiene un efecto directo no solo con nuestro medio ambiente, con la emisión de CO2 a la atmósfera, sino también con nuestra biodiversidad, llegando incluso a que miles de especies estén al borde la desaparición.
Esta situación ha llevado a poner en marcha, en 2021, el Decenio de Naciones Unidas sobre la Restauración de Ecosistemas, una llamada a la acción para aunar esfuerzos en los próximos diez años y evitar que la degradación de la naturaleza sea irreversible.
La reducción del efecto invernadero
Los árboles son los moradores más antiguos de la Tierra. Se encargan de liberar el oxígeno y transformar el dióxido de carbono (CO2) reduciendo, de esta forma, el efecto invernadero en la atmósfera.
Pero ¿Cuánto CO2 absorbe un árbol? Una investigación reciente realizada por la Universidad de Sevilla señala el pino carrasco, uno de los árboles más comunes en España y que se da principalmente en la cuenca mediterránea, como uno de los que más CO2 absorben. Se estima que el pino carrasco maduro puede llegar a absorber hasta 50 toneladas de CO2 al año.
Se estima que el pino carrasco maduro puede llegar a absorber hasta 50 toneladas de CO2 al año
Dicho de otra forma, un ejemplar maduro de esta especie puede de absorber las emisiones generadas por 30 coches de tamaño medio al recorrer 10.000 kilómetros al año. La península Ibérica es un lugar idóneo para el crecimiento de estos árboles, por lo que los bosques de pinos tienen un gran potencial de sumideros naturales de carbono.
Los grandes sumideros de CO2, por su gran riqueza biológica, son los bosques primarios. Bosques intactos, vírgenes y de especies nativas, en los cuales no hay indicios visibles de la actividad humana y donde los procesos ecológicos no han sido alterados de forma significativa. Estos bosques primarios y fuentes reguladores del clima, se han ido reduciendo por la intervención humana.
Los bosques primarios, fuentes reguladores del clima, se han ido reduciendo por la intervención humana
Los siete últimos grandes bosques primarios del planeta son los siguientes: el bosque tropical amazónico, la jungla del sudeste asiático, las selvas tropicales de África central, los bosques templados de Sudamérica, los bosques primarios de Norteamérica y Canadá, los últimos bosques primarios europeos y los bosques de la taiga siberiana.
Un aliado frente al cambio climático
En consecuencia, con los océanos, proteger los bosques supone conservar el método más potente para absorber y eliminar CO2. Su capacidad es extraordinaria.
Hay estimaciones que establecen que un árbol almacena de media unos 22 kilos de CO2 al año. Las selvas tropicales retienen 250.000 millones de toneladas de dióxido de carbono, solo en los árboles, lo que equivale a 90 años de emisiones globales. Los bosques europeos absorben aproximadamente el 10% del total de los gases efecto invernadero emitido por la Unión Europea. En España, los bosques almacenan una tonelada de carbono por hectárea al año.