Más de 300 000 personas viven en la ciudad etíope de Mekelle, junto con más de 100 000 cabezas de ganado. Cuando los residentes arrojan pollos, burros o ganado muertos al basurero de la ciudad, las hienas manchadas aparecen. “Si estás caminando por Mekelle de noche y no ves una hiena, estás haciendo algo mal”, dice Chinmay Sonawane, estudiante de posgrado de la Universidad de Stanford. La caza salvaje se ha vuelto escasa en la zona y las hienas compensan la diferencia con el ganado muerto. La reducción resultante de los desechos fétidos “es algo que la gente de Mekelle y la gente de Etiopía aprecian en general”, señala Sonawane.
Para investigar más de cerca los posibles beneficios para la salud pública, Sonawane y sus colegas observaron hienas masticando en el vertedero local durante 40 noches para saber cuánto comen. Luego, los investigadores estimaron cuántos casos de ántrax y tuberculosis bovina podrían propagarse por el contacto con los desechos de animales en Mekelle y modelaron las tasas de enfermedad con y sin hienas hambrientas limpiando.
Los carroñeros previnieron tres infecciones de ántrax y dos de tuberculosis bovina en personas y 11 infecciones de ántrax y 129 de tuberculosis bovina en ganado
Los investigadores descubrieron que una sola hiena mastica 983 kilogramos de ganado muerto al año. En 2019, las aproximadamente 210 hienas de Mekelle se tragaron alrededor del 4,2 por ciento de los cadáveres de animales disponibles. Al hacerlo, sugiere el estudio, los carroñeros previnieron tres infecciones de ántrax y dos de tuberculosis bovina en personas y 11 infecciones de ántrax y 129 de tuberculosis bovina en ganado.
Estudios como éste “ayudarán a motivar a las personas a conservar especies que a menudo no reciben el mismo respeto”
Teniendo en cuenta el tratamiento de enfermedades y los costos del ganado, los científicos calcularon que las hienas le ahorraron a los humanos más de 50.000 dólares ese año. Sonawane y sus colegas publicaron sus resultados en el Journal of Applied Ecology.
A pesar de su importancia para el ecosistema, el carroñeo se ha estudiado menos que comportamientos como la depredación, dice la ecóloga de vida silvestre de la Universidad de Washington, Laura Prugh, que no participó en el estudio. Prugh dice que espera que estudios como éste, que exploran cómo los carroñeros benefician directamente a los humanos, “ayudarán a motivar a las personas a conservar especies que a menudo no reciben el mismo respeto”.
Fuente: Scientific American.