El mosquito, mordedor y de patas largas, no es solo una molestia, sino que transmite muchas enfermedades mortales y debilitantes, como la malaria, el dengue, la fiebre del Nilo Occidental, la fiebre amarilla, el zika, el chikungunya y la filariasis linfática (también conocida como elefantiasis, una de las principales causas de discapacidad en el mundo).
El mosquito mata a más personas que cualquier otra criatura en el mundo. Incluso hoy en día, casi un millón de personas al año mueren a causa de enfermedades transmitidas por el que se puede considerar el animal más peligroso del mundo.
El mosquito Anopheles, que es el principal transmisor de malaria en climas tropicales y subtropicales, se puede encontrar en todos los continentes excepto en la Antártida
Hay más de 3.000 especies de mosquitos, pero pocas son las que consumen sangre humana y transmiten enfermedades. Los mosquitos más peligrosos son ciertas especies de Anopheles, Aedea y Culex. El Aedes aegypti, por sí solo, propaga la filariasis linfática, el zika, el dengue y la fiebre amarilla.
El mosquito Anopheles, que es el principal transmisor de malaria en climas tropicales y subtropicales, se puede encontrar en todos los continentes excepto en la Antártida y su área de distribución se está extendiendo hacia el norte y el sur con el cambio climático.
Matar mosquitos es, por lo tanto, una forma obvia y engañosamente simple de mantener a raya al animal más peligroso del mundo y a algunas de las principales enfermedades.
La fumigación masiva de insecticidas todavía se usa para contrarrestar el brote de enfermedades transmitidas por mosquitos, pero sus efectos no se limitan al enemigo y muchos otros insectos, incluidas abejas, mariposas y otros polinizadores, son gravemente afectados, por lo que se buscan medidas más específicas.
Los mosquiteros tratados con insecticida, producidos a finales de la década de 1980, se consideran responsables de dos tercios de los siete millones de vidas salvadas de la malaria entre 2000 y 2015, principalmente en África. Son vistos como una piedra angular de los esfuerzos de prevención y control de la malaria.
Estos molestos insectos se están volviendo resistentes a los insecticidas, ya sea rociados en masa o agregados a los mosquiteros
Sin embargo, estos molestos insectos se están volviendo resistentes a los insecticidas, ya sea rociados en masa o agregados a los mosquiteros. Se necesitan intervenciones más eficaces contra las enfermedades transmitidas por éstos y éstas dependerán cada vez más del conocimiento de las especies locales y su comportamiento, así como de una comprensión más profunda de las condiciones que aumentan o disminuyen el riesgo de infección.
Mosquitos genéticamente modificados
En diferentes lugares del mundo se están realizando varios experimentos a gran escala sobre el uso de mosquitos genéticamente modificados para controlar poblaciones. Hay dos enfoques principales.
En el primero, los mosquitos machos estériles se producen en masa y se liberan en la naturaleza. Éstos se aparean con hembras salvajes que luego ponen huevos estériles que no eclosionan. Se ha demostrado que este enfoque reduce las poblaciones silvestres hasta en un 90% en ensayos con Aedes aegypt.
Los mosquitos modificados genéticamente se han utilizado con éxito en partes de Brasil, las Islas Caimán, Panamá y la India para controlar al Aedes aegypt
El segundo enfoque es introducir un gen que, si se hereda, da como resultado la muerte de la hembra, pero no la del macho. Los machos modificados genéticamente se producen y liberan en masa. Solo sobrevive la descendencia masculina de los apareamientos entre los machos modificados y las hembras salvajes. Continúan reproduciéndose, propagando aún más el gen que mata a las hembras y reduciendo la población general de mosquitos.
Los mosquitos modificados genéticamente se han utilizado con éxito en partes de Brasil, las Islas Caimán, Panamá y la India para controlar al Aedes aegypt. Desde 2019, se han liberado más de mil millones de mosquitos transgénicos.
Cuando éstos dejan de ser liberados en un área, la población de aegypti vuelve lentamente a los niveles normales, por lo que el control requiere una liberación periódica.
Por otro lado, una gran ventaja es que solo funcionarán para reducir el número de especies de mosquitos objetivo (por ejemplo, aegypti), no otros tipos, dejando los ecosistemas intactos.