¿Pueden los hongos ayudarnos a luchar contra el cambio climático?

La gran capacidad de los hongos para absorber carbono y su papel como descomponedor de contaminantes y productos químicos nocivos los convierten en un aliado inesperado en la lucha contra el cambio climático.

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Los hongos son aliados del ser humano en la lucha contra el cambio climático. iStock
Los hongos son aliados del ser humano en la lucha contra el cambio climático. iStock

La creciente evidencia de que los hongos pueden ayudar al ser humano en su lucha contra el cambio climático cobra cada vez más fuerza. En 2008, el micólogo y escritor estadounidense Paul Stamets, miembro del Consejo Editorial de la revista The International Journal of Medicinal Mushrooms y asesor en la Universidad de Arizona en Tucson, identificó hasta seis formas distintas en las que estos organismos pueden ayudarnos a salvar el planeta. Entre ellas figuraba la limpieza de los suelos contaminados, la fabricación de insecticidas, el tratamiento de la viruela e incluso los virus de la gripe, según informa EcoWatch.

Stamets puso como ejemplo un experimento donde las esporas de los hongos ayudaron a la limpieza de vertidos de petróleo. Las esporas no solo absorbieron el crudo, sino que de ellas brotaron nuevos organismos que atrajeron insectos, y estos, a su vez, trajeron pájaros que arrojaron semillas. ¿Resultado? El terreno se recuperó. "Estas son especies de entrada, especies de vanguardia que abren la puerta a otras comunidades biológicas", declaró el micólogo.

Encontrado en un vertedero de Pakistán, el Aspergillus tubingensis es capaz de erosionar plásticos como el poliuretano de poliéster

Algunos hongos se han mostrado eficaces incluso en el consumo de plástico, lo que puede ayudar a mitigar la crisis de los desechos que asfixian los océanos. Según el informe Estado de los hongos en el mundo 2018, publicado por el Royal Botanic Kew Gardens de Londres, el hongo Aspergillus tubingensis tiene la capacidad de crecer directamente en la superficie del plástico, donde rompe los enlaces químicos entre las moléculas plásticas. Armado con una enzima única, este organismo presenta unas propiedades que podría descomponer los plásticos en semanas en lugar de años.

Encontrado en un vertedero de Pakistán, el Aspergillus tubingensis es capaz de erosionar plásticos como el poliuretano de poliéster, que a menudo se usa en el aislamiento de los refrigeradores y el cuero sintético.

El informe, en el que participaron 100 científicos de 18 países, descubrió que se encontraron 2.189 nuevas especies de hongos durante 2017, mientras que se estima que todavía no se han descrito entre 2,2 y 3,8 millones de especies.

No son los únicos descubrimientos. Los investigadores también encontraron que una bacteria natural, producida al cosechar hongos, que puede convertirse en un biocombustible, lo que permitiría reducir las emisiones de los biocombustibles, según un estudio publicado en la revista Science Advances.

Las setas son incluso una solución para el envasado. La empresa de biotecnología con sede en Nueva York Ecovative Design, por ejemplo, ha fabricado material de embalaje que ha sido utilizado por compañías como Ikea y Dell, según NBC News.

Los especialistas Colin Averill y Jennifer M. Bhatnagar identificaron que los hongos denominados ectomicorrízicos mejoran la capacidad de los bosques para 'capturar' el CO2. En su estudio destacan que estos hongos pueden existir completamente bajo tierra, creciendo simbióticamente con las raíces de los árboles. “Son guerreros del cambio climático que ayudan a los bosques a absorber la contaminación por CO2, retrasar los efectos del calentamiento global y proteger nuestro planeta”, afirmaron.

Un excelente material de construcción

Además de ser potencialmente utilizados para hacer frente a la crisis del plástico, los hongos ya están contribuyendo a la biotecnología, la medicina y la alimentación. El informe también descubrió una aplicación hasta ahora desconocida: la construcción.

El micelio fúngico, es decir, el conjunto de hifas que forman la parte vegetativa de un hongo, se ha demostrado un excelente material de construcción. Diseñadores y arquitectos de todo el mundo se muestran interesados en encontrar sustitutos sostenibles para la espuma de poliestireno, el cuero y varios materiales de construcción. El uso del micelio en la construcción podría ser una herramienta vital para combatir la crisis climática.

Los hongos se han demostrado como un excelente material de construcción como posible sustituto de la espuma de poliestireno, el cuero y otros materiales

Como informó la revista de negocios y tecnología estadounidense Fast Company, los edificios y la construcción contribuyen con el 39 % de la huella de carbono del mundo. La energía utilizada para calentar, enfriar y iluminar edificios representa el 28 % de estas emisiones. El cemento solo representa el 8 % de las emisiones globales de CO2

El informe también confirmó que las variedades de hongos Pleurotus ostreatus y Trametes versicolor tienen un efecto beneficioso para el suelo y las aguas residuales, ya que eliminan por ejemplo pesticidas tóxicos. La especie trichoderma ha sido identificada como un acelerador para la producción de biocombustibles a través de convertir residuos agrícolas en etanol.

Descubrir cómo debemos usar los hongos para nuestro beneficio podría desempeñar un papel vital en el desarrollo de la respuesta de la humanidad al cambio climático. Los científicos están cada vez más convencidos de que los hongos y otros microorganismos del suelo son extremadamente importantes para el equilibrio de carbono de la Tierra.

Fuente: EcoWatch