La separación entre África y Arabia marcó a los reptiles

Un equipo de investigación del Instituto de Biología Evolutiva ha descubierto que la separación de la península arábiga y África, hace más de 25 millones de años, fue determinante para la historia evolutiva de los reptiles de la zona.

Todo empezó en Pangea. Así lo postuló el meteorólogo alemán Alfred Wegener en su obra de 1915, "El origen de los continentes y los océanos", tras preguntarse si las siluetas de los continentes encajaban entre sí por pura coincidencia. Wegener propuso que todas ellas formaron el supercontinente Pangea (toda la Tierra, en griego), hasta que hace más de 200 millones de años empezó a desgajarse en los continentes actuales. A día de hoy, las evidencias científicas han confirmado la teoría y apuntan a estas antiguas cicatrices como huellas de la más antigua historia del planeta.

Un ejemplo de estas estelas lo brindan África y Arabia, que durante millones de años estuvieron unidas en una misma placa tectónica. En aquel estadio primigenio, habitaban el territorio especies capaces de adaptarse a su clima árido y cambiante y a las altas temperaturas. Fue al principio del Eoceno, hace más de 30 millones de años, cuando la placa arábiga empezó a fragmentarse y dio lugar a la separación entre continentes tal como los conocemos actualmente. Esta separación geográfica dejó una huella en las especies que habitaban este territorio, pues supuso su escisión en dos linajes a lado y lado de la cicatriz geológica. 

Hemos reconstruido con gran detalle cómo se dispersaron los dos linajes de cada especie ante la división del territorio

Ahora, un equipo del Instituto de Biología Evolutiva (IBE), un centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), ha descifrado la huella que la separación geológica de África y Arabia dejó en la historia evolutiva de los reptiles del territorio. De acuerdo con el estudio, publicado en Systematic Biology, la fragmentación de la placa Afro-Arábiga, seguida de la aparición del Mar Rojo hace 25 millones de años, tuvo un papel crucial en la distribución y supervivencia de los reptiles en la región.

y0jriAX2
Imagen de Naja arabica, cobra endémica de Arabia Saudita, que se separó por vicarianza de su especie hermana Naja haje de África./ Salvador Carranza

"En particular, hemos reconstruido con gran detalle cómo se dispersaron los dos linajes de cada especie ante la división del territorio", comenta Salvador Carranza, investigador principal del grupo Sistemática, biogeografía y evolución de reptiles y anfibios y Director del IBE. "Las consecuencias de esta separación impactaron directamente en la diversificación y adaptación de las especies al territorio africano y la Península Arábiga, respectivamente".

Para realizar el trabajo, el equipo ha analizado datos filogenéticos de 430 especies actuales del orden Squamata (lagartos, lagartijas, salamanquesas, lagartos ápodos y serpientes), con representación de todos los grupos con datos genéticos distribuidos actualmente en África y en Arabia.

Encontramos que los procesos climáticos y geológicos de la región han sido un factor determinante y han moldeado los patrones evolutivos

El exhaustivo trabajo del grupo de Carranza, resultado de más de una década de estudio de campo, revisita más de 30 millones de años de evolución de los reptiles de Afro-Arabia.

“Normalmente, este tipo de estudios relacionan patrones evolutivos con la historia del ambiente. Lo novedoso de este trabajo es que, además, comparamos la historia biogeográfica real con la inferida por modelos estadísticos. Eso nos ha permitido identificar períodos en los que la historia observada es distinta de lo esperado, es decir, en los que ha habido fuerzas externas que han tenido un impacto en la historia evolutiva. De esa forma, encontramos que los procesos climáticos y geológicos de la región han sido un factor determinante y han moldeado los patrones evolutivos”, comenta Héctor Tejero, investigador predoctoral en el grupo de Carranza y primer autor del estudio.

Los mecanismos empleados por los reptiles para adaptarse y diversificar a un lado y otro del Mar Rojo podrían arrojar luz ante la aridificación del continente africano y de otras grandes extensiones del planeta.

"Este estudio confirma el gran impacto que tiene el ambiente en la historia de la biodiversidad, y podría ser de utilidad para interpretar la evolución y adaptación de muchas otras especies a las altas temperaturas y los climas áridos", concluye Carranza.